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«El niño es moral naturalmente: su constitución biológica le ayuda considerablemente a comportarse de esta manera. Interesarse por los otros, ser atraído hacia ellos, hacer nuestra su situación —para nosotros, humanos, todo esto es automático. Como todos los primates, estamos afectados emocionalmente por los otros.«

«La moral es un sistema de reglas sostenido sobre dos As: Ayudar o por lo menos no Agredir a sus semejantes. La moral se interesa por el bienestar de los otros y hace pasar a la colectividad por delante del individuo. Sin negar el interés personal, lo contiene para promover una sociedad cooperativa.

La empatía es crucial. Muy temprano, el niño aprende que dar una bofetada o morder a su hermano o a su hermana provoca una reacción de alaridos y una serie de consecuencias negativas. Con la excepción de algunos que se volverán psicópatas … , los niños, en su inmensa mayoría, no sienten ningún placer por ver llorar a sus hermanos y hermanas.«

«Una única expresión de la vergüenza es propia de los humanos, como ya lo había mencionado Darwin: nosotros nos ruborizamos. No conozco a ningún otro primate que se le enrojezca el rostro instantáneamente. Esto es un misterio evolutivo, que debe dejar perplejos particularmente a aquellos que creen que los humanos únicamente son capaces de explotar a los otros. ¿Si eso fuera cierto, no nos favorecería más no tener ese aflujo incontrolable de sangre sobre las mejillas y el cuello, donde el cambio de color en la piel se ve como un faro? Esta señal no tiene sentido para un manipulador nato. No puedo imaginar ninguna ventaja: indicar a los otros que somos conscientes del impacto que nuestros actos tienen sobre ellos. Esto genera confianza. Preferimos tratar con aquellos que podemos leer las emociones en su cara que a otros que nunca dejan reflejar la menor señal de duda o culpabilidad. El hecho mismo de haber desarrollado, a lo largo de nuestra evolución, una señal honesta para comunicar el malestar que nos provoca una violación de las reglas revela una verdad profunda sobre nuestra especie.

Los enrojecimientos pertenecen al «paquete evolutivo» que nos ha dado la moral.

«

Autor: Pablo Herreros 22 June 2012

En los animales no humanos, cuando los grupos comienzan a ser numerosos y hay que gestionar situaciones de riesgo o cambio, ceder el liderazgo a uno o varios de los miembros es una estrategia muy eficaz. Por ejemplo, en especies en las que los individuos deben actuar y moverse continuamente, debido a las presiones ecológicas y sociales, es muy probable que aparezcan relaciones de líder/seguidores que organicen y coordinen al grupo. Estos patrones también emergen en otras actividades colectivas como son la caza, la defensa contra depredadores y el mantenimiento de la paz en el seno del grupo.

Entre los chimpancés, los líderes son los encargados de la defensa y de las patrullas por los límites del territorio. Reciben grandes sesiones de acicalamiento, pero también son los que más tiempo acicalan a otros; aunque está repartido entre más individuos. Entre otras, una responsabilidad fundamental de todo macho alfa es la de intervenir en la resolución de conflictos que aseguren la estabilidad del grupo. Estos suelen mediar en los conflictos poniendo fin en las peleas o equilibrando las fuerzas entre los contrincantes. El antropólogo Ted Lewellen, identificó en sus estudios sobre política esta misma función del liderazgo en casi la totalidad de las sociedades humanas. Pero en ocasiones, la fuerza del líder se puede convertir en una debilidad, debido al aislamiento al que te someten los otros miembros. Este es el caso de Estados Unidos durante el periodo Bush, el cual se vio aislado en varias ocasiones por gran parte de la comunidad internacional. Y es que algunos líderes parecen invitar al resto a cooperar contra ellos y pueden llegar a ser sustituidos por otros si no son eficaces en estas funciones. Por esta razón, es fundamental la capacidad de establecer alianzas con otros miembros clave del grupo que apoyen tu posición. En la colonia de chimpancés de Arhem, en Holanda, el primatólogo Frans de Waal, describió cómo algunos líderes eran depuestos por otros tras perder todos sus apoyos, al igual que en el caso norteamericano. Afortunadamente, la existencia de otras lealtades en el grupo suponen una oposición muy efectiva en forma de contrapoder que frena los excesos de los individuos dominantes. En varias poblaciones de chimpancés, se tiene constancia de la creación de coaliciones de hembras contra líderes déspotas o muy agresivos. Estas conductas tienen mucha lógica, si pensamos que las hembras están especialmente interesadas en la estabilidad y el equilibrio del grupo.

Según la creencia popular, el líder es siempre el más fuerte. Varios estudios demuestran que no siempre es así. En muchas ocasiones, el liderazgo se consigue de manera indirecta, ya que no se puede exigir ni aspirar directamente a él, según lo constatado en diversas sociedades preindustriales. Es cierto que en algunas especies con jerarquías estrictas, los individuos dominantes suelen tomar el rol de líder. Esto sucede en especies como los babuinos, los gorilas y los lobos. Pero en muchos casos, los individuos dominantes no pueden ser líderes porque no facilitan el seguimiento de otros con su conducta. Muy al contrario, estos suelen mostrarse muy agresivos e intolerantes a la proximidad física debido a su poder. Este tipo de individuos no pueden ser calificados de verdaderos líderes, sino más bien dictadores que normalmente tienen poca influencia sobre el día a día del grupo. –

Leer más en: Somos Primates » Liderazgo natural (1).

«Lo que hace triunfar a un sistema de respuesta emocional en comparación con un sistema instintivo,es que el resultado no está escrito en piedra. La palabra «instinto» remite a un programa genético que ordena a los animales, o a los humanos, actuar de una manera precisa dentro de circunstancias precisas. Las emociones, de otra manera, producen cambios internos al mismo tiempo que el individuo evalúa la situación y sopesa sus diferentes opciones. No sabemos claramente si los humanos y los otros primates tienen instintos stricto sensu, pero está fuera de duda que tienen emociones. según el experto alemán Klaus Scherer, las emociones constituyen una «interfaz inteligente que armoniza los flujos entrantes y salientes basada sobre lo que es más importante para el organismo en tal momento particular».

Esta definición puede parecer contradictoria, ya que califica las emociones de inteligentes, pero no olvidemos que el debate está en curso sobre la distinción general entre emoción y conocimiento. Las dos se mezclan. Y su interacción es probablemente muy parecida en los humanos y en los otros primates. Nos imaginamos muchas veces que el cortex prefrontal, que contribuye a regular las emociones, es de una envergadura excepcional en nuestra especie, pero esto es una idea obsoleta. El cortex cerebral humano contiene el 19% de las neuronas del cerebro, exactamente el mismo porcentaje que en los otros mamíferos. Es por esto que hemos presentado nuestro cerebro como la« expansión lineal de un cerebro de primate» Es quizás grande, globalmente, pero las relaciones mutuas entre sus diversos componentes no tienen nada de excepcional. «

«No es solamente que los simios conozcan su lugar; ellos saben a que atenerse si violan la regla. Toda jerarquía social es un gigantesco sistema de inhibiciones, y es eso seguramente lo que ha preparado el terreno a la moral humana, ya que ella es uno también.

El control de las pulsiones es crucial.

Cuando una francesa acusó a Dominique Strauss-Kahn de agresión sexual, ella no pudo abstenerse de adjuntar que él se comportó como «un chimpancé en celo»». Cuando los humanos pierden el control de sus pulsiones, sentimos la necesidad de compararlos con los animales ¡Un terrible insulto… para el chimpancé!

«No sabemos todavía demasiado a cerca de las capacidades de los grandes simios, tanto en cautividad como en el medio natural, pero estos últimos años hemos hecho algunos progresos. Esta claro que ellos son mucho menos egoístas de lo que habíamos supuesto, y  tal vez más humanos que el sacerdote o eclesiástico medio.«

«Los chimpancés están dispuestos a ayudar a los demás, pero también ellos tienen en cuenta las necesidades específicas del otro. «

«La empatía se parece a una muñeca rusa: tiene varias capas superpuestas. El núcleo duro, es la capacidad de ponerse en sintonía con los sentimientos de otra persona. Alrededor de este núcleo, la evolución ha construido capacidades cada vez más complejas, como esta de preocuparse de los otros y adoptarse a su punto de vista. Raras son las especies donde todas las capas están presentes, pero la capacidad nuclear es tan antigua como los mamíferos.

Pero la decisión de ayudar no responde únicamente a las evaluaciones racionales, ya que su fuerza motriz está siempre  más cerca del orden emocional. Sin los sentimientos de empatía y de simpatía, probablemente no estaríamos nunca dispuestos a ayudar a los demás.«

«Los neurocientistas nos dirigen dos mensajes fundamentales sobre la empatía. El primero es que no existe ninguna frontera clara entre la emoción humana y la emoción animal. La segunda es que la empatía va de cuerpo  a cuerpo. Si clavamos una aguja en el brazo de una mujer, los centros de dolor se encienden en el cerebro de su marido, con el simple hecho de mirar. Su cerebro reacciona como si la aguja penetrara en su propio brazo. A juzgar por lo que sabemos de las neuronas espejo, el mimetismo y el contagio emocional, este «canal corporal» de la empatía es probablemente tan antiguo como el orden de los primates, pero sospecho que aún lo será más y de mucho.  «